Dime una cosa, ¿has tenido que vivir la experiencia de mudarte alguna vez?
Si por casualidad lo has vivido porque tuviste que cambiar de ciudad o de país incluso, porque las circunstancias económicas no te dejaron otra salida, o simplemente porque querías cambiar a una casa más grande o a un barrio más bonito, casi seguro que fue entonces cuando te hiciste consciente de todo lo que tenías.
De pronto, empiezas a encontrar cosas que diste por perdidas… «anda si tenía esto» y otras que ni te acordabas ya que la tenías… «pensé que se me había perdido»…. ¿Te suenan? .
Y es justo en esos momentos cuando realmente empiezas a ser consciente de todo lo que has ido acumulando. Y aquí es cuando empieza la duda… con el objeto en la mano, eres consciente de que en realidad no te aporta nada, total ya llevas un par de años sin verlo ni echarlo de menos, pero… ¡ay! ¿y si lo necesito? Y ahí es donde se puede decir que has sucumbido a seguir almacenando una cosa que en realidad si te paras a pensarlo ni siquiera te hace feliz.
Despues de hacer diez mudanzas en mi vida sé que ese es uno de los momentos importantes para deshacerte de lo que ya no te sirve y guardar solamente aquello que necesitas y te hace feliz.
A mí me gusta pensar que cada habitación representa un área de nuestra vida.
El salón, es la vida familiar; el dormitorio, la relación con uno mismo y con la pareja (si la hay); la cocina y el baño, la salud de los que habitan la casa; el hall o recibidor, las relaciones con los demás, las amistades; el despacho, la relación con el trabajo.
Cada objeto lleva en sí la emoción y la energía que le pusiste en su día. Puedes reconocer que ese objeto ya no te hace falta o no te interesa pero aún así lo quieres llevar contigo y lo metes en la caja porque te cuesta desprenderte de él.
Igual que coges cariño a los objetos físicos ocurre con los sentimientos y emociones.
Hay algunas que sabes no te ayudan, que te impiden ser todo lo feliz que tú quieres pero de alguna manera sigues aferradas a ellas porque es lo que conoces, estás en tu zona de confort y te cuesta desapegarte.
Pero para sentirte pleno, para ser feliz, para Ser quien eres, tienes que desechar lo caduco, lo que no te aporta. Guarda aquello que te haga vibrar de alegría y no lo que te baja la energía.
Quedate con lo importante para ti, para tu alma, para tu Ser: el amor, el cariño, la amistad, un abrazo, una sonrisa, una palabra de apoyo,… todas aquellas emociones que te hacen sentir bien, que te dan paz y que te hacen feliz
El resto, deséchalo ya: los malos gestos, el desplante, el egoísmo, la envidia, el que dirán… No lo permitas en tu vida. No des entrada a todo aquello que te impide vivir la vida con plenitud.
[bctt tweet=»Guarda en tu corazón aquellas emociones que te aporten paz,amor y alegría» username=»esenciasparalma»]
Despréndete de las que no te sirvan. Y expresa y comparte las que te hacen ser quien Eres.
¿Es fácil? A veces no.
Pero sí está claro que deshaciéndote de ellas podrás vivir mucho mejor y la vida será más fácil.
Cuentame como lo haces tú. Me encantará leerte en los comentarios.
